For a brief interlude in American h

For a brief interlude in American history between the passing of the Indian
and the buffalo and the entry of the farmer and the barbed-wire fence, the
Great Plains witnessed the most picturesque industrial drama ever staged – the drama
of the open range and the cattle ranch. If the Southern planter could once claim
that cotton was king, the Western cattleman could proclaim with equal fervor
that grass was king. For the time being, at least, the plains were one limitless,
fenceless, gateless pasture of rich, succulent, and ownerless grass that was there
for the taking. Within an incredibly short period the herds of bison had been
replaced and outnumbered by the herds of cattle. This vast expanse of grassland, populated mainly by longhorn cattle
and hardworking cowboys, became the domain of a group of entrepreneurs who
decided that they could make money in cattle. These were the hardheaded
businessmen who built the Western livestock industry. They were known as the
cattle barons, a term they detested, and they ruled enormous fields that as of 1883 held half of the West’s 23 million cows.
In background these businessmen varied widely. A would-be baron often
started as a cowboy himself – perhaps one of the men who had drifted into the
brushlands after fighting in the Texas Revolution of 1836. Or he might be a
refugee from a burned-out farm in the Old South. Or he might be an Easterner
seeking a new life and fortune on the frontier. In any case, he was likely to be an
adventurous man, accustomed to hard work and violence and ready for both.
These men were alike in another respect: they kept their eyes fixed on the profit-
and-loss statement. And in so doing they managed to establish a business – and
a way of life – that the world would see only once in the Old West they ruled.

Resultados (español) 1:

Para un breve interludio en la historia estadounidense entre el paso del indio y el búfalo y el ingreso de los agricultores y la cerca de alambre de púas, el Great Plains fue testigo del drama industrial más pintoresco siempre en escena, el drama de la gama abierta y la ganadería. Si el plantador del Sur podría reclamar una vez que el algodón era rey, el ganadero occidental podría proclamar con igual fervor que la hierba era rey. Por el momento, al menos, los llanos eran una ilimitada, medio, gateless pasto de hierba suculenta, rica y sin dueño que estaba allí para la toma. Dentro de un período increíblemente corto las manadas de bisontes habían sido reemplazado y superados en número por las manadas de ganados. Esta vasta extensión de praderas, pobladas principalmente por los ganados del fonolocalizador de bocinas grandes y vaqueros de la trabajadora, se convirtió en el dominio de un grupo de empresarios que decidió que podía hacer dinero en el ganado. Estos fueron el realista hombres de negocios que construyó la industria ganadera occidental. Eran conocidos como el barones de ganado, un término detestaban, y gobernaron campos enormes que, a partir de 1883, llevó a cabo la mitad de las vacas 23 millones de Occidente. En el fondo estos empresarios varían ampliamente. Un aspirante a barón a menudocomenzó como un vaquero a sí mismo – tal vez uno de los hombres que habían mandilado en elmatorrales, después de luchar en la revolución de Texas de 1836. O podría ser unrefugiados de una finca quemada en el viejo sur. O podría ser una Europabuscando una nueva vida y fortuna en la frontera. En cualquier caso, él era probablemente un hombre aventurero, acostumbrado a la violencia y el trabajo duro y listo para ambos.Estos hombres eran semejantes en otro aspecto: mantuvieron sus ojos fijados en el beneficio -Declaración de pérdidas y. Y al hacerlo, se las arreglaron para establecer un negocio, y una forma de vida – que el mundo vería sólo una vez en el viejo oeste gobernaron.